Home   +562 2225 0164 info@portalminero.com

Síguenos

Skip to end of metadata
Go to start of metadata

Chile

La migración de trabajadores hacia la minería, especialmente la del norte del país, está provocando escasez de mano de obra calificada para cumplir labores en actividades que, hasta hace unos pocos años, eran consideradas sólo para varones, vacío que se ha llenado con la fuerza de trabajo femenina.

30 de Abril de 2012.- El auge minero en el país está provocando grandes cambios que impactan el desarrollo de otras actividades productivas, especialmente en el mercado laboral. Uno de los efectos más visibles de este nuevo escenario es la incorporación de la mujer en rubros que hasta hace unos cuantos años eran considerados sólo para hombres.

Hoy la fuerza laboral femenina se está incorporando con fuerza en diferentes ramas de la economía y no en actividades como limpieza o cocina, donde la tradición machista las ha colocado durante décadas, sino que ahora están apareciendo operadoras en mina, gasfiteras y carpinteras, entre otros muchos oficios.
María Isabel Pacheco trabaja como asistente de supervisor de obra en la constructora Beltec, labor que desempeña desde hace un año y medio. Su historia en la construcción comenzó luego de que se capacitara en diferentes oficios, como la lectura de planos, y demostrara que tiene aptitudes para liderar equipos de obreros en las faenas.
Si bien la necesidad de un trabajo llevó a esta pedagoga en música a ocuparse en la construcción, la razón de fondo que le abrió las puertas en esta actividad fue la falta de mano de obra en este sector, lo que se repite en la agricultura, como también en la minería regional y en muchos otros sectores de la economía.

Cambios culturales
María Isabel Pacheco sostiene que es difícil la inserción en un rubro machista como es la construcción, por lo que hay que “abrirse cancha” de a poco. “Cuesta darle confianza a un jefe, a un ingeniero, de que uno puede hacer el trabajo”, comenta. Mientras que a nivel de obreros, ha debido sembrar el respeto, lo que ha conseguido siendo educada y amable. Ahora sostiene que, incluso, los “maestros” la cuidan y la protegen.
Hace cinco años, aproximadamente, Victoria Sandoval, quien hoy cumple funciones como junior, comenzó a trabajar en la construcción. En un principio, sostiene que por un tema cultural le daba vergüenza decir que trabajaba como obrera, se preocupaba “del qué dirán”, pero que después descubrió que su labor era tan digna como cualquier otra. “Este es un trabajo igual, he aprendido a fraguar, a sellar, a hacer trabajos de terminaciones, como pintura”, sostiene, lo que le ha permitido valerse por sus propios medios y llevar el sustento a su hogar.
Además, sostiene que el trato de los varones también está cambiando y cree que, incluso, “a los hombres le gusta la presencia de la mujer”, por lo que concluye que “hay trabajo para todos”.
A su vez, María Isabel Pacheco cree que la inserción femenina “recién está comenzando”, ya que en rubros como la construcción es evidente la falta de mano de obra, lo cual, a su juicio, será superado con la incorporación femenina. “Todos los hombres se están yendo a la minería y para una mujer es más difícil encontrar trabajo allá, por lo menos para mí es imposible”, considera.

Empuje minero
Pese a lo que cree esta trabajadora, la minería también está incrementando la participación de la mujer en sus faenas. De acuerdo a un sondeo realizado por el Ministerio de Minería, este sector económico fue durante siglos una actividad económica exclusiva para los hombres, pero ello está cambiando a la par del crecimiento de esta industria y de la cada vez más creciente escasez de mano de obra.
De los más de 14 mil trabajadores que tiene el sector minero regional de mediana y gran escala, alrededor de 1.000 son mujeres, una cifra baja, pero con un gran potencial de crecimiento. De hecho, la meta del gobierno de aquí a 2014 es, por lo menos, triplicar este número.
La seremi de Minería, Jocelyn Lizana, precisa que si bien la participación global de la mujer en la mediana y gran minería es de sólo un 6,7%, este porcentaje sube al 10% si se considera únicamente a los trabajadores propios de las compañías, es decir, sin incluir a los contratistas. En este último bloque, la participación femenina es de sólo un 6%, razón por la cual los esfuerzos para la inserción femenina no sólo se harán con las empresas mineras, sino también con las que ofrecen sus servicios.
La empresa regional que ofrece la mayor cantidad de cupos femeninos, tanto en dotación propia como de contratistas, es Los Pelambres, seguida por Teck Carmen de Andacollo. Ambas explican 6 de cada 10 puestos laborales ocupados por mujeres. El resto se lo reparten el resto de las mineras, entre ellas, la VALE y la CAP.
Las mujeres en las faenas regionales están cumpliendo funciones como operadoras de maquinaria o de planta y mantención de obras mineras, entre otros roles que hasta hace poco eran considerados como masculinos.

Efecto en  la construcción
La participación laboral femenina en la construcción, de acuerdo a estudios de la Cámara Chilena de la Construcción, hoy sólo alcanza un 4 por ciento, pero es una cifra que también se espera incrementar velozmente en los próximos años.
Raimundo Rencoret, presidente (S) de la delegación La Serena de este gremio empresarial, explica que en el último tiempo la falta de mano de obra “se ha agudizado”, siendo una de las principales razones la migración de los varones hacia la minería, donde los salarios son mejores. Añade que a raíz de este hecho debieron recurrir a la fuerza laboral femenina, llevándose una gran sorpresa, ya que los empresarios descubrieron que la mujer “tiene un nivel de detalle, para ciertas tareas, más fino que el hombre”, como son aquellas vinculadas a las terminaciones, a la pintura o a la colocación de guardapolvos, entre otras, aspectos que juegan a favor de la calidad de sus productos.

Agricultores preocupados
La irrupción de la mujer en el sector agrícola no es algo nuevo, pero también es un fenómeno creciente, ya que al igual como la construcción y la minería regional, la falta de mano de obra es otro factor más que amenaza su competitividad. El presidente de la Sociedad Agrícola del Norte (SAN), José Moreno, sostiene que el rol femenino en las labores agrícolas está bastante consolidado con las temporeras. Sin embargo, sostiene que “ahora llegó el momento de pasar a que la mujer tenga un lugar en el trabajo permanente en la agricultura”.
Por ello, Moreno indicó que se trabajará en casos prácticos con algunas empresas y se accederá a grupos y bases de datos que permitan “contar con mujeres que nos ayuden al trabajo en el campo” y a frenar la alta migración de familias que están decidiendo instalarse en las ciudades o en localidades mineras en busca de mejores salarios u oportunidades.
La minería, especialmente la de la zona norte del país, está pagando altas remuneraciones que otras actividades productivas no pueden equiparar, por ello que muchos varones han emigrado hacia este rubro, dejando puestos vacantes en la agricultura, en la minería regional y también en la construcción.
Por este motivo, el turno de la mujer en el mercado laboral ya comenzó, por lo que se plantean desafíos para gremios y autoridades de turno, tales como la necesidad de incrementar los cursos de capacitación destinados sólo a la mujer, para apoyar su inserción laboral, como también la igualación de los salarios, sin distinción de género. 


Cursos de perfeccionamiento
••• Organismos como la Fundación Prodemu se han propuesto la meta de ayudar a las mujeres a insertarse laboralmente, tanto en la construcción como en otras actividades. María Soledad Rojas, directora regional de este organismo, indicó que hasta el 25 de mayo se tendrán abiertas las postulaciones para que alrededor de 740 mujeres reciban capacitación en diferentes oficios, dentro del llamado programa para la empleabilidad y el emprendimiento.
En total, son 36 cursos para mujeres en la región, totalmente gratuitos. A partir del cierre de las postulaciones, las clases se extenderán durante 5 meses. Con estos conocimientos, advierte la funcionaria pública, “las mujeres quedan con las competencias para poder insertarse”.
Alrededor de 1.000 mujeres trabajan en la minería de mediana y gran escala en la región, una cifra que se espera triplicar en los próximos 2 años.
En la agricultura desde hace mucho tiempo que se incorporó a la mujer en las faenas, pero hoy también se quiere incrementar su participación.En la construcción se reconoce la sensibilidad fina de la mujer para desarrollar funciones que ayudan a mejorar la calidad del producto.

Diario El Día

Portal Minero