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Chile

Este problema junto a los altos precios de la energía, costos laborales y la drástica caída de la ley del mineral está afectando la creación de nuevos proyectos.

Viernes 27 de Noviembre de 2015.- El precio futuro del cobre y el crecimiento de las mineras que lo producen pueden depender de un recurso preciado y escaso: el agua.
Extraer el metal industrial exige enormes volúmenes de agua para controlar el polvo y separar el cobre de la tierra. No obstante, una sequía que ya lleva siete años en Chile, el mayor productor mundial del metal rojo, está obligando a las grandes mineras a reducir la producción y las enfrenta a comunidades pequeñas como Caimanes, en la cordillera de los Andes.

Los problemas de producción relacionados con el agua son una de las razones por la que algunos analistas estiman que es probable que los precios del cobre no retrocedan mucho después de caer casi 20% en lo que va del año. En el largo plazo, señalan, la cotización del metal podría ascender en la medida en que la producción no acompañe el crecimiento de la demanda. Anglo American PLC ha indicado que la escasez de agua podría reducir en 18 mil toneladas su producción anual en la mina Los Bronces, en la Región de Atacama, en el norte de Chile, que alberga al desierto más árido del mundo.

Freeport-McMoRan Inc. trata de conseguir como pueda recursos hídricos para su mina de cobre Morenci, en Arizona, el estado estadounidense que es responsable de un tercio de la producción cuprífera de la compañía.

En Caimanes, mientras tanto, una batalla legal que ya se extiende por casi una década enfrenta a los agricultores locales y la minera chilena Antofagasta PLC, controlada por el grupo Luksic. Los agricultores sostienen que una represa de relaves utilizada para crear un reservorio para depositar los desechos de la mina ha generado escasez de agua. Antofagasta argumenta que el verdadero culpable es la sequía.

Un juez les dio la razón este año a los agricultores y ordenó a Antofagasta la demolición de la mina Los Pelambres, que contribuye con cerca de 2% a la producción mundial de cobre. La mina sigue operando mientras se resuelven las apelaciones que presentó la empresa.

"Tendremos que cesar nuestras operaciones si el tranque de relaves no puede operar", dijo Iván Arriagada, presidente ejecutivo de Antofagasta Minerals, en una entrevista.

Las empresas tratan de adaptarse. Las mineras anglo-australianas BHP Billiton Ltd. y Rio Tinto PLC están construyendo una planta de desalinización en Chile luego de advertir que la falta de agua podría disminuir la producción en La Escondida, la mayor mina de cobre del mundo y también ubicada en Atacama. La mina es propiedad de las dos empresas. De todos modos, algunos analistas dicen que las interrupciones provocadas por la escasez de agua, una reducción de la ley del mineral -la relación entre el cobre puro y los productos de desecho- y el crecimiento más lento de nuevos proyectos harán decaer la producción hasta que, a fines de la década, la demanda supere el suministro.

CRU Group, que sigue de cerca las tendencias de las materias primas, prevé que los precios del cobre sigan cayendo en 2016 antes de repuntar en 2017 y superar los USD 6 mil por tonelada para 2019, cuando estima que la demanda superará la oferta. La cifra, en todo caso, está por debajo del máximo alcanzado en 2011 de USD 10 mil la tonelada, pero es alta según los parámetros históricos.

Chile, el más afectado por los bajos precios

Se estima que el país más afectado por la desaceleración sea Chile, que extrae cerca de seis millones de toneladas del metal al año, un tercio de la producción mundial y más del triple que el segundo proveedor del mundo, China. Las cinco mayores minas de cobre del mundo por producción están en Chile. Los Pelambres, la mina de los Luksic, ocupa el cuarto lugar, según CRU Group.
La falta de agua se suma a otros problemas, como los altos precios de la energía, costos laborales cercanos a los de Estados Unidos y una drástica caída de la ley del mineral, lo cual está haciendo que las mineras lo piensen dos veces antes de iniciar proyectos en Chile.

Después de años de alzas, la producción de cobre en Chile cayó en 30 mil toneladas en 2014 respecto de los 5,75 millones de toneladas del año previo, según la estatal Comisión Chilena del Cobre, Cochilco, ya que los problemas del agua y la disminución de la ley del mineral redujeron la producción.

Cochilco manifestó en un informe que prevé que el consumo de agua salada por parte de las minas chilenas aumente 14% al año para 2026 y que el consumo de agua fresca caiga cerca de 2% al año.

Uno de los mayores imponderables para los precios del cobre es la demanda. El consumo de China, que acapara 40% del total mundial, es incierto. Jeffrey Currie, director de estudios de materias primas de Goldman Sachs Group Inc., dijo en octubre que los precios podrían caer otro 20% para fines de 2016, debido en parte al debilitamiento de la demanda de China.

Uno de los ejemplos más dramáticos de la importancia de los recursos hídricos es la disputa en torno a la represa de relaves construida por Los Pelambres, que representa 50% de los ingresos mineros de Antofagasta.

"Teníamos agua suficiente para toda la localidad, los animales, los cultivos", dice Juan Tapia Bonilla. La situación, según el agricultor local, cambió cuando Antofagasta construyó la represa en 2008. "Esto cortó el agua", afirma. A los residentes también les preocupaba la seguridad de la represa de relaves en un área sísmica.

Antofagasta sostiene que la sequía, que empezó el mismo año en que se inauguró la represa, es la principal responsable de la falta de agua que afecta a la región. La empresa agrega que la represa fue autorizada después de un estudio de impacto ambiental del Gobierno y que su destrucción podría hacer que los desechos de Los Pelambres lleguen hasta el valle debajo de la mina. La empresa ha señalado que a partir de agosto ha tenido una relación más estrecha con la comunidad de Caimanes.

La oposición, sin embargo, persiste. Los residentes han librado una batalla legal contra la represa de relaves, con huelgas de hambre y manifestaciones que han causado problemas operacionales en la mina y provocado una pérdida estimada de ocho mil toneladas de cobre. Antofagasta informó que la producción de los primeros nueve meses del año cayó 11% frente a igual lapso del año previo, lo que atribuyó, en parte, a las "acciones de la comunidad" en Los Pelambres.

El Mercurio

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