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Ecuador

Yolanda Kakabadse dice que no existe minería sustentable. Toda tipo de minería deja un impacto terrible. El medio ambiental debería ser uno de los temas de debate en la campaña electoral

Lunes 28 de Enero de 2013.- Un radiante sol se ha colado en el departamento de Yolanda Kakabatse, en el norte de Quito, por unos amplios ventanales. El cálido ambiente cobra mayor vigor.

Ella luce una blusa blanca de algodón que delata su preferencia por las cosas de la naturaleza y bebe agua de una botella ‘toma todo’.

A lo largo de la entrevista, no hace esfuerzo alguno para responder. Sus creencias son firmes y solo las acentúa con una persuasiva mirada.

Desde el punto de vista ecológico, ¿cuál es la riqueza del Ecuador?

En recursos renovables, maravillas. Tenemos agua, biodiversidad y un suelo fértil extraordinario. Creo que somos uno de los países más ricos del planeta. En recursos no renovables, también somos afortunados Lo que no somos es sabios en manejarlos.

¿Dónde están las reservas más valiosas?

Tanto en la zona costera como en la amazónica. La combinación de los Andes y las áreas tropicales es la que da tanta riqueza. En los bosques costeros y en los andino-amazónicos están las mayores riquezas de la biodiversidad.

En 2011 se decía que el país pierde unas 70 mil hectáreas de bosque al año. ¿Qué pasa hoy?

No hemos mejorado porque no se ha invertido lo suficiente en la protección de los bosques en cuanto a un ordenamiento territorial y tener un ejército de personas capacitadas para proteger el bosque, hasta que la población entienda que esa es una riqueza de todos.

¿Fracasó el plan socio-bosque?

No. Le ha ido bien. Pero es un proyecto pequeño que no cubre todo el territorio.

¿Cuáles son las mayores amenazas a la naturaleza en el país?

La industria maderera es una amenaza. La explotación petrolera y la explotación minera son procesos de explotación incontroladas. Ecuador no tiene la capacidad de vigilar todo su territorio. Cada vez que se inicia un nuevo programa de explotación petrolera o minera, hay un proceso de colonización y de deforestación paralelos.

¿Cómo está el país en reservas de agua dulce?

Bien, pero amenazado. Tenemos grandes cantidades de agua, aunque no están distribuidas de manera equitativa: Costa, Sierra y Oriente. Pero hay agua.

¿Qué amenaza al agua?

Lo más serio es el cambio climático. Ya se ve el impacto en los glaciares ecuatorianos y en los ríos. Algunos no tienen el caudal de hace 20 y 30 años.

¿Ha escuchado a los candidatos hablar de estos temas?

Para nada. Solo algunos, aunque es un tema de seguridad de la población ecuatoriana. El rato que no tengamos agua, tendremos una población en riesgo. Pero eso no se topa.

¿Por qué ese desentendimiento?

Porque dan votos las ofertas más baratas. Proteger los ecosistemas y el futuro del Ecuador es una promesa cara, entre comillas, en el sentido de que implica políticas de mediano y de largo plazo. Ninguno de los candidatos está pensando en 20 años, solo en sus posible cuatro años de Gobierno.

En el tema del Yasuní, ¿cuál tendría que ser la postura de los candidatos a la Presidencia?

Deberían todos estar defendiendo el proyecto porque es una política que pondría al Ecuador en el mapa mundial. Mirar el futuro con una visión diferente. Pero hemos encontrado que no atrae a los candidatos hablar de esos temas porque es difícil entender la ecuación de guardar el Yasuní para el futuro y porque allí no están los intereses de los candidatos. Los candidatos hablan dentro de una caja muy pequeña de oferta y demanda.

¿Cuál es el valor ecológico del Yasuní?

Es la zona más rica del planeta que en este momento se conoce. No hay otro lugar en el mundo que tenga tanta riqueza de biodiversidad, y una riqueza también relacionada con un patrimonio cultural: los Huao, Taromenaes, Huaoranis, que están allí. Los Tagaeris, poblaciones en aislamiento voluntario, que no existen en muchas partes del mundo. Esas dos riquezas son un capital nacional de todos los ecuatorianos.

¿Cree que se salvará el Yasuní?

Ojalá que sí. Como casi todos los ambientalistas, soy optimista de que, en el futuro, las cosas van a ir bien.

¿Qué genera más riqueza para el país: sacar el petróleo o dejarlo en el Yasuní por siempre?

Muchísimo más en términos de opciones de desarrollo para el futuro y para futuras generaciones es mantenerlo. Sacar el petróleo nos beneficiará a nosotros y tal vez a la próxima generación. Pero de ninguna manera a generaciones de aquí a 20 y 30 años.

¿Por qué no todos los candidatos presidenciales han hablado de la minería a cielo abierto que, al parecer, se viene?

Lo han hecho solo algunos. Creo que hace falta una propuesta mucho más clara para la población y, sobre todo, para los ciudadanos que vamos a votar, y que queremos saber cómo van a manejar esos recursos naturales no renovables en el futuro. No existen datos que nos permitan evaluar si es mejor explotar o dejar bajo tierra esos recursos.

¿Qué diferencia las minas de Chile de las de Ecuador?

Chile, desgraciadamente, no tiene la riqueza de recursos naturales de biodiversidad, de bosque amazónico que tenemos nosotros. Por lo tanto, hay una gran diferencia. Pero sí podemos hacer minería en algunos lugares del país.

¿Qué lugares?

Aquellos donde, luego de hacer los cálculos de los servicios ambientales, se vea que mejor es explotar la mina que esos servicios. Hoy no hay datos, ni transparencia en la información.

¿Por qué cree que, en seis años, el Gobierno no ha recopilado?

No estoy dentro del Gobierno para saber, pero los ciudadanos seguimos en el limbo para saber qué vamos a favorecer: la conservación o la explotación de esos recursos.

¿Cuál tendría que ser el compromiso de los candidatos en el tema minero?

Hacer una convocatoria al país para un ordenamiento territorial basado en información cuantitativa: qué es lo que nos da ese ecosistema y cuánto vamos a ganar con la minería. Allí podremos decidir cuál de las opciones es la más conveniente para el futuro.

¿La gente decidiría por un candidato de acuerdo a la propuesta que plantee en el tema ecológico?

Claro que sí. En este mismo Gobierno se hizo una encuesta hace un año, más o menos, donde se concluyó que los ecuatorianos favorecen la conservación del Yasuní. Quiere decir que hay una mayoría que está convencida de que es una buena alternativa.

¿Cuál es su frustración respecto del Yasuní, después de haber liderado la iniciativa inicial?

Que terminó siendo un castillo en el aire y que no tiene nada de concreto para defender en este momento.

¿Hay un doble discurso oficial? El presidente se muestra defensor del Yasuní pero, de por medio, pone el aporte internacional.

Creo que no está convencido de los beneficios de guardar el Yasuní para el futuro.

Si Rafael Correa gana la Presidencia, ¿hay el riesgo de que se explote el Yasuní?

La señal que vemos es que se va a explotar. Inclusive, ya hay gente trabajando en el Yasuní en función de la explotación petrolera. Eso es lo que vemos. Ojalá se pueda frenar.

Un años atrás, Guillermo Lasso hablaba de explotar el Yasuní pero ahora dice que de ganar la Presidencia no lo hará.

Entendió y se dio cuenta porqué es importante que pensemos en el futuro y no solamente en los próximos cuatro años.

Desde el punto de vista ecológico, ¿cómo se maneja Galápagos?

Bastante bien. En Galápagos hay un equipo fuerte y una política que se está aplicando. Hay deficiencias y debilidades pero creo que está bien.

¿Qué hacer para que se entienda que el aumento de la temperatura es ya el cambio climático?

Hay que topar temas que están más cerca de la gente. La palabra cambio climático no dice mucho. Pero si hablamos del riesgo de no tener agua la gente se empieza a inquietar.

¿Los candidatos deben hablar también de este tema?

Absolutamente. He oído a Norman Wray, he oído a Alberto Acosta, pero los otros candidatos no están topando esos temas que son de seguridad humana para el futuro.

¿Existen técnicas de última generación para explotar las minas, por ejemplo, en Zamora Chinchipe, sin afectar el ambiente?

No existe minería sustentable. De eso tenemos que olvidarnos. Todo tipo de minería deja un impacto tremendo. Hay cómo hacerlo mejor, pero no se ha demostrado que pueda ser sustentable.

Frente a los deshielos en los nevados ¿cuál debería ser el comportamiento ciudadano?

Promover que todo nuestro sector productivo y nuestra producción energética sean de menor impacto en emisiones. Y seguir empujando el debate internacional de que es una amenaza planetaria. No hay ningún sector excluido de esta amenaza. Todos estamos en el mismo bote. Hay que generar más debate: qué significa la desaparición de los glaciares o de los páramos. Cómo es posible que promovamos forestación en los páramos cuando esas son las fábricas de agua del país.

Esos temas tampoco están en la agenda de los medios.

Hay que capacitar a los comunicadores. Hace treinta años había una asociación de comunicadores ecologistas que tuvo gran impacto. Ese grupo, probablemente, está disperso. Hay que renovar el esfuerzo de capacitar a los medios de comunicación porque no tienen por qué entender toda esta problemática. Se necesita entender para poder comunicar.

¿Resulta difícil comprender el cambio climático?

Es un defecto cultural. Actuamos cuando estamos al borde del precipicio y, por lo general, nos desentendemos de las amenazas y seguimos como si no existieran. Hay que empezar a atenderlo y a manejarlo desde la niñez; ese esfuerzo no lo hemos hecho en educación.

El personaje

Yolanda Kakabadse es sicóloga. Es miembro de reconocidas organizaciones de defensa ambiental Fue ministra de Ambiente, hoy preside el Fondo Mundial para la Naturaleza (WWF)

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