Home   +562 2225 0164 info@portalminero.com

Síguenos

Skip to end of metadata
Go to start of metadata

Chile

Tras sufrir golpes como las expropiaciones en Argentina y Bolivia, ahora las empresas son más selectivas en sus inversiones.

Viernes 28 de Febrero de 2014.- En los últimos tres años, Latinoamérica ha vuelto a estar en boca de todos los profesionales del sector energético en España. Para bien y para mal.

Repsol sufrió en Argentina la peor expropiación de la historia empresarial en abril de 2012, cuando el gobierno de aquel país le arrebató el 51% de las acciones de su filial YPF. Ocurría justo en un momento en el que Endesa estaba a punto de protagonizar la mayor operación de ampliación de capital en su filial chilena Enersis para hacer de este grupo la mayor eléctrica privada de ese continente.

¿De dónde vienen y adónde van los grupos de energía españoles con respecto a Latinoamérica? Para entender el presente y poder vislumbrar el futuro, hay que remontarse al pasado.

Carrera vertiginosa

En la década de los años '90, las empresas energéticas españolas abrieron, como otros grupos, una vertiginosa carrera de desarrollo internacional en Latinoamérica, como si en ello se les fuera la vida y como si esa, y sólo esa, fuera su área de expansión natural. En muchos casos, se aprovecharon los procesos de privatización que empezaban a abordar algunos gobiernos latinoamericanos.
De ese proceso deriva la entrada de Repsol en YPF, o la de Endesa en Enersis, que marcaron hitos en términos de operaciones públicas de adquisición. Otros grupos, como Iberdrola y Fenosa, también se involucraron en la vorágine de compra de activos en Latinoamérica.

Sin perder el tren

Nadie quería perder ese tren, y aquella etapa fue la del expansionismo a cualquier precio. En muchos casos, fue una carrera desordenada, concibiendo América Latina como un todo, y no como una amalgama de países con regulaciones dispares, regímenes políticos y económicos variopintos, gobiernos más o menos inestables y sensibilidades encontradas.
Endesa llegó a tener decenas de sociedades con otras tantas filiales y consejos de administración para controlar sus activos en Latinoamérica. Parte de los activos de Repsol en Latinoamérica los controlaba directamente y otros a través de YPF. Fenosa tenía activos en países tan dispares como Nicaragua y Costa Rica, sin conexión entre sí ni posibilidad de economías de escala o sinergias técnicas o financieras.

Nueva era colonial

En muchos casos, la avalancha de operaciones de compra por parte de grupos españoles se vio como una nueva era colonial. Es un nefasto recuerdo que, para muchos, aún no ha remitido. De hecho, parte del combustible que atizó el fuego de la expropiación de YPF a Repsol, o de los activos de Red Eléctrica y de Iberdrola en Bolivia, meses más tarde, fue precisamente el populismo contra los grupos españoles, acusándolos, por ejemplo, del "vaciamiento" de esas empresas.

La parte positiva de todo esto es que, con los años, y con alguna decepción y sorpresa desagradable, las empresas energéticas españolas han aprendido a distinguir qué países son más estables y cuáles tienen más potencial para invertir. Latinoamérica sigue presentando oportunidades, pero ahora, las empresas son más selectivas. Una gran parte de las esperanzas de crecimiento actual está puesta en México y Brasil, sin descartar otros destinos, como Colombia y Perú.

Todo por hacer

En México y Brasil, coinciden varios factores. Hay un gran crecimiento económico y se da la oportunidad histórica de la apertura del mercado energético. De momento, el crecimiento económico es sostenido en ambos países. Aunque en algún momento pueda haber problemas de sobrecalentamiento, son naciones en las que "todo está por hacer", decía un alto directivo de Elecnor, que también ha puesto aquí grandes ilusiones.

Se busca socio para inversión multimillonaria

Todas las cifras que se manejan cuando se habla de necesidades de inversión en el sector energético en Latinoamérica son impresionantes. En la presentación de su nuevo plan estratégico, por ejemplo, Iberdrola hablaba de que Latinoamérica va a necesitar inversiones de 800.000 millones de euros de inversión en el sector eléctrico de aquí a 2035. Países como México, especialmente en la construcción de redes eléctricas y centrales de ciclo combinado (gas), y Brasil, también en redes y en energía eólica, son los que van a actuar de motor. En hidrocarburos, los números son aún más estratosféricos, entre otras cosas porque Latinoamérica se ha topado con un nuevo maná: los hidrocarburos no convencionales (shale gas y shale oil), como en México y Argentina, o en aguas profundas (México y Brasil).

DF

Portal Minero