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Chile

4 de Enero de 2012.- Una tormenta perfecta pareció posarse el año pasado sobre Colbún, la segunda mayor generadora del país, controlada por la familia Matte. Una fuerte sequía, la postergación en la entrada de una central térmica y el precio spot disparándose ante la falta de nueva generación, hicieron que 2011 fuera uno de sus años más duros.

Los problemas, dice Alfredo Parra, analista de estudio de Euroamérica, comenzaron en 2008. “La situación se arrastra desde 2008 con una política de contratos bastante expansiva”, asegura.

El exceso de contratos complicó a Colbún, que no los logró cubrir con generación propia. La capacidad instalada de la generadora suma unos 2.600 MW y en 2011 acumuló contratos por 2.000 MW sobre esa capacidad. Todo ello hubiese sido un problema menor si la central carbonera Santa María hubiese entrado en funcionamiento.

Ante esta necesidad de cumplir sus contratos, Colbún debió trabajar en dos líneas: Primero, generar con fuentes más caras (diésel y gas). Así, en los primeros nueve meses de 2011, sus costos se dispararon un 85,91% respecto de igual período de 2010. En segundo lugar, tuvo que comprar en el mercado spot. Según Rodolfo Tapia, analista de Banco Penta, si Santa María estuviera funcionando, el costo de producir un MW sería de unos US$ 36. En tanto, la competencia está vendiendo ese mismo MW en unos US$ 106, por lo que Colbún debe enfrentar esa pérdida de ganancias. Pero como si no fuera suficiente, ha debido salir a comprar al mercado spot para cubrir sus contratos, con precios que bordean los US$ 170 el MW. De hecho, entre los gastos, el ítem de compras de energía y potencia fue el que tuvo la mayor alza, de 441,75%.

El otro problema que dejó a Colbún con un 50% menos de Ebitda entre enero y septiembre, respecto de 2010, fue la dura sequía que enfrenta la industria eléctrica local, lo que llevó al gobierno a dictar un decreto de racionamiento. Por este mecanismo, Colbún dice que tuvo un efecto negativo de US$ 28 millones.

Saliendo de lo peor&
Pero 2012, según la empresa, sería diferente. Empezando porque en abril perderá un contrato antiguo, lo que aliviará su estructura de compromisos. Fuentes de Colbún aseguran que “este año se reducirá el nivel de contratos con clientes en más de 10% con respecto al año 2011. Operacionalmente esto es positivo ya que el menor nivel de contratación nos expone menos a posibles necesidades de comprar en el mercado spot a precios altos o a la necesidad de producción de energía cara”.

Otro aspecto relevante, es que la entrada de Santa María, estimada para fines del primer trimestre, aumentará la capacidad de generación en unos 342 MW. La carbonera, dice Felipe Etchegaray, analista de IM Trust, tendrá “un doble impacto: primero, aumentando sus ventas físicas y, por ende, disminuyendo sus compras en el mercado spot y segundo, accediendo a energía de menor precios”.

Las mismas fuentes de Colbún aseguran que esto será positivo, pues “ya que la producción con carbón tiene un costo variable inferior a la producción con gas, diesel o compras en el mercado spot, por lo tanto cualquier producción de la central Santa María durante el 2012 va ser una mejora con respecto al año 2011 donde no hubo generación con carbón”. Además, se espera que la situación hídrica cambie, aunque no todos son tan optimistas en este punto. Parra advierte que “durante el primer trimestre la situación siempre es seca, por lo que en términos de operacionales, esperamos una caída en sus resultados, con unos US$30 millones a US$40 millones menos en ganancias. Si se suma a eso que tiene ciertas deudas, esto llevaría el resultado a una utilidad en el borde de lo negativo” (DF).

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