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Brasil

30 de Enero de 2012.- Un fiscal brasileño planea presentar cargos penales contra Chevron y sus ejecutivos locales en las próximas semanas, lo que suma la amenaza de sentencias de prisión a una demanda civil por US$11.000 millones como sanción por el derrame de petróleo marítimo de noviembre.

Los cargos ante un tribunal federal en Campos podrían incluir el pedido de procesamiento penal contra George Buck, director ejecutivo de la unidad brasileña de Chevron, y otros ejecutivos, dijeron a Reuters tres funcionarios del Gobierno involucrados en el caso.

Transocean cuya plataforma era utilizada en la operación y algunos de sus empleados en Brasil también serían acusados, según los funcionarios, que pidieron no ser identificados porque el caso aún no fue presentado ante un juez. El magistrado tendrá que determinar si acepta los cargos y procede formalmente con el procesamiento penal.

Los problemas de Chevron llegan en momentos en que nuevas reglas dan al gobierno un mayor control sobre la gigantesca riqueza petrolera de Brasil, tras una reforma que ha causado retrasos en los proyectos de inversión y licitaciones para nuevas licencias de perforación.

Buck y Chevron actuaron "de manera descuidada e irresponsable", dijo a Reuters un funcionario que investigó el derrame de 2.400 barriles de noviembre.

El funcionario dijo que era poco probable que las personas que enfrenten cargos terminen arrestadas en el corto plazo o que se les impida abandonar Brasil. Pero a medida que el caso avance y sean reunidas más evidencias, ese tipo de medidas podrían ser aplicadas, dijo el funcionario.

Cuando Reuters informó a la petrolera de los cargos que podría enfrentar, el portavoz Kurt Glaubitz dijo "Chevron cree que los cargos carecen de mérito". "Chevron está confiado en que una vez que todos los hechos sean examinados completamente demostrarán que Chevron respondió apropiada y responsablemente al incidente", agregó. El portavoz de Transocean, la mayor operadora mundial de plataformas marítimas, R. Thaddeus Vayda, declinó comentar.

Los fiscales brasileños se han vuelto más activos en la investigación de casos de contaminación, algunas veces esgrimiendo agresivos cargos para alentar a los acusados a llegar a acuerdos con la Justicia.

Se están moviendo mucho más rápido que sus homólogos de Estados Unidos: el derrame de BP en el 2010 en el Golfo de México, más de 1.000 veces mayor en términos de daño, aún no ha desatado cargos penales.

En Brasil, cargos en casos como este pueden tardar una década antes de que todas las apelaciones se hayan agotado. Eso podría meter a Chevron y Transocean en años de costosos litigios, dijo el abogado Paulo Augusto Silva Novaes, de la firma Benjo, Garcia, Souto & Novaes en Río de Janeiro.

Los cargos penales llegarían más de un mes después de que un investigador de la Policía Federal brasileña presentó un informe diciendo que Chevron y Transocean habían asumido riesgos "inaceptables" en el yacimiento de Frade, frente a la costa del sur de Brasil, y recomendó el procesamiento de 17 personas. Al menos 12 de esas personas trabajan para Chevron, según documentos legales a los que Reuters tuvo acceso.

Chevron enfrenta además una demanda civil por 20.000 millones de reales (US$11.000 millones), presentada por los mismos fiscales federales. La petrolera está intentando revertir un fallo en su contra por 18.000 millones de dólares en Ecuador, relacionado con otro caso de contaminación ambiental entre 1964 y 1992 de Texaco, empresa que Chevron compró en el 2001.

GOLPE DE PRESION El 7 de noviembre del 2011 un pozo perforado por Chevron usando una plataforma de Transocean a 107 kilómetros de la costa brasileña al noreste de Río de Janeiro sufrió un golpe de presión luego de penetrar un yacimiento de crudo en Frade. Una válvula de emergencia fue activada para obturar el pozo a 1.200 metros bajo el nivel del mar. Pero días después, Chevron descubrió rastros de crudo a cientos de metros del pozo clausurado. La presión fisuró la pared del pozo bajo el lecho marítimo, permitiendo que el crudo se filtrara entre las rocas cercanas y llegara al océano, dijo la petrolera.

Policías y fiscales sostienen que Chevron sabía que estaba perforando en un área de alta presión y que las estructuras rocosas en la parte superior del yacimiento eran frágiles, factores que llevaron al derrame, y que deberían haber demandado mayor cuidado. "Este pozo no podía ni debía haber sido perforado", dijo la Policía Federal en un reporte el 20 de diciembre.

Chevron niega haber corrido riesgos indebidos y dice que las autoridades brasileñas habían aprobado sus planes de perforación. "La presión fue calculada usando un complejo modelo y los datos obtenidos de los 50 pozos de exploración previamente perforados en el proyecto Frade", dijo Glaubitz en una declaración. "Sin embargo, durante operaciones de perforación no es inusual experimentar diferentes condiciones o presiones que en experiencias previas".

Chevron dijo que actuó con rapidez y de forma correcta para frenar la fuga en el lecho del mar en cuatro días. Sus operaciones y la respuesta al derrame siguieron las "mejores prácticas" de la industria, dijo la compañía.

Los fiscales brasileños tienen una gran independencia para presentar cargos penales y civiles por daños ambientales contra empresas y sus empleados, dijo Gustavo Trinidade, que fue el principal asesor legal de la ex ministra brasileña de Medio Ambiente y candidata presidencial, Marina Silva. Pero esos casos rara vez resultan en condenas, grandes multas o sentencias de prisión, dijo Novaes, un experto en derecho corporativo.

Por ejemplo, la petrolera estatal brasileña Petrobras, socia de Chevron en el campo de Frade, está todavía apelando sentencias y daños por más de 100 millones de reales derivados de un accidente de una plataforma petrolera en el 2011 y un gigantesco derrame en Río de Janeiro en el 2000. El petróleo derramado del pozo de Chevron en Frade no llegó a la costa y fue menos de un 0,01 por ciento de los 4,9 millones de barriles derramados en el Golfo de México en el 2010.

El vertido en Frade fue también mucho menor que varios derrames en Brasil de Petrobras. La estatal es propietaria de un 30 por ciento de Frade. Chevron controla un 52 por ciento y es responsable por la administración de campo. El resto está en manos de Frade Japao, una unidad de la japonesa Inpex. El regulador petrolero de Brasil, ANP, suspendió los derechos de exploración de Chevron en Frade. ANP y la agencia ambiental Ibama han multado a Chevron con más de 50 millones de dólares por el derrame.

Chevron dice que no existe evidencia de que el derrame en Frade, que los fiscales calculan en cerca de 3.000 barriles, haya tenido algún impacto para la vida marina o humana. Funcionarios gubernamentales dijeron que todavía hay fugas de petróleo en el fondo del mar. El crudo se ha filtrado a un ritmo de 1,4 litros por día durante la última semana y está siendo capturado por trampas submarinas, dijo Chevron.

Sobrevuelos recientes no han detectado petróleo en la superficie del mar, añadió la compañía. Los nuevos yacimientos petroleros de Brasil, con unos 15.000 millones de barriles en aguas profundas desde el 2007, colocan al país entre los más promisorios productores del mundo. Desde su descubrimiento, el Gobierno ha dejado de licitar concesiones en las zonas más ricas. Petrobras será el operador y tendrá una participación mínima del 30 por ciento en futuros proyectos en esas áreas.

Bajo el nuevo sistema, los productores tendrán que compartir su producción con el Gobierno. La petrolera californiana lleva casi 100 años operando en Brasil. Ha invertido unos 2.000 millones de dólares en el país y prevé gastar varios miles de millones más en futuros proyectos. Las acciones de Chevron cayeron un 1,05 por ciento a 106,59 dólares en Nueva York. Las de Transocean subieron un 1,42 por ciento a 43,45 francos suizos en Zurich (Pulso).

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