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Bolivia

Los responsables del proyecto más estratégico de Bolivia, al amparo de ciertos jerarcas de turno, continúan entreteniéndose en procesos sempiternos de investigación del tipo “prueba y error” donde se aprecian muchas más fallas que resultados tangibles.

Jueves 26 de Diciembre de 2013.- En un artículo publicado hace algo más de dos años en varios medios de prensa escrita y digital, cuestioné las declaraciones del Presidente de YPFB en torno a la posible “inviabilidad” del proyecto de abastecimiento de gas natural a Uyuni a partir del ramal del Gasoducto de la Puna que establecería una conexión entre el norte argentino y la población fronteriza (con Bolivia) de La Quiaca.  No me pareció correcto que la citada autoridad propusiera más bien realizar un tendido de gasoducto virtual que transporte gas natural licuado (GNL), junto con la instalación de plantas de regasificación, por cuanto el GNL era (y es) usualmente mucho más caro que el gas natural.

Advertí entonces que de no asegurarse cuanto antes el flujo permanente, en volúmenes apreciables y a costos razonables, de gas natural al sudoeste potosino se postergaría el arranque definitivo del que podría ser el mayor centro energético-industrial del planeta, con enormes implicaciones económicas para Bolivia y el mundo entero. Las posibilidades de utilizar nuestro gas natural en métodos de producción integral de recursos evaporíticos basados en la evaporación térmica de las salmueras del salar de Uyuni estaban dadas. Sugerí asimismo que este uso se extendiera al procesamiento de carbonato de litio, hidróxido de litio, cloruro de litio, cloruro de potasio y ácido bórico, así como a procesos electrolíticos dirigidos a la obtención de litio, sodio y magnesio metálicos, que constituirían el puente hacia la verdadera industrialización de nuestros recursos energéticos estratégicos y la base de nuestra competitividad en esta materia respecto a Chile y Argentina.

A continuación, cito la conclusión de mi artículo “Bolivia y Argentina: ¿Gas natural para la explotación y procesamiento del litio?” publicado entre el 10 y 17 de octubre de 2011:

“Con la ampliación del gasoducto boliviano al norte argentino se dotará del energético a la Puna que –curiosamente– es la región donde se encuentran los yacimientos de litio en salmueras del vecino país. A partir de dicho ramal, no resultará difícil extender gasoductos a las diferentes operaciones mineras asentadas en las provincias de Salta y Jujuy con planes adelantados para ingresar al mercado del carbonato de litio en los siguientes dos a tres años. Todo esto contribuirá a mejorar la competitividad de Argentina en el mercado del litio.

Se repite la historia: Nuestro gas servirá no sólo para la obtención de úrea y otros productos químicos en Brasil, sino también para el procesamiento de los recursos evaporíticos de Argentina. En ambos casos, Bolivia se disparará en el pie. ¿Cuándo habrá algo de planificación estratégica en el país?”.

Los anteriores comentarios vienen  a colación de dos recientes noticias por demás preocupantes: La primera, a propósito de la entrega de los estudios de ingeniería y diseño final para la construcción de la Planta Industrial de cloruro de potasio en Uyuni con un costo de $us 4,82 millones y la segunda, en relación con los avances del proyecto de litio en el salar de Olaroz, a cargo de la empresa australiana Orocobre en alianza estratégica con Tsusho, subsidiaria de Toyota, y la provincia de Jujuy, Argentina.

Respecto a la primera noticia, se ha podido conocer que la nueva planta requerirá aproximadamente un millón de metros cúbicos día de gas natural para su funcionamiento, energético que, según el gerente nacional de recursos evaporíticos, deberá ser provisto por YPFB “porque ya se hizo solicitudes anteriores”.  Queda clara, por tanto, la falta del combustible en el momento después de más de cinco años y medio de iniciado el emprendimiento. Mientras tanto,  en la estatal gasífera y las más altas esferas del Gobierno central se habla de lo eficaz que resultó YPFB para incrementar los volúmenes de exportación de gas natural destinados a Brasil y Argentina en los últimos tiempos y de usar el extractivismo “selectivo” como un medio para mejorar la vida del pueblo.

Con referencia a la segunda noticia, Orocobre Limited, principal accionista del proyecto de extracción de litio más adelantado en Argentina, acaba de anunciar que se ha completado la construcción del gasoducto a su planta ubicada en la región de la Puna y que el cronograma de puesta en marcha del gasoducto arrancó el 13 de diciembre del año en curso. En este sentido, se comprueba mi pronóstico de que nuestro gas servirá para el procesamiento de los recursos evaporíticos de Argentina, contribuyendo a mejorar su competitividad particularmente en el mercado del litio. Entretanto, los responsables del proyecto más estratégico de Bolivia, al amparo de ciertos jerarcas de turno, continúan entreteniéndose en procesos sempiternos de investigación del tipo “prueba y error” donde se aprecian muchas más fallas que resultados tangibles.

lostiempos.com/Opinión

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