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Argentina

Martes 11 de Diciembre de 2012.- Mientras algunos cruzan los dedos por un ya famoso decreto de necesidad y urgencia que vuelva a establecer un mecanismo de reserva de cargas en el mercado argentino, prosperó la iniciativa de la Secretaría de Minería, una suerte de anticipo de lo que vendrá, a través de la resolución 54.

Pero los considerandos y requisitos establecidos sorprendieron al sector armatorial que participa, en otros segmentos, del cabotaje nacional.

"Es un traje a medida para una empresa", señaló un referente del sector, en una mezcla de diplomacia discursiva y lenguaje corporal: muecas, cejas alzadas y guiños. Hablaba de la empresa marítima "mixta" entre "capital y trabajo". Las empresas de transporte marítimo que quieran capitalizar esta ventaja impulsada por el Gobierno para quedarse con el flete minero debe acreditar más de 5 años de antigüedad y experiencia en el transporte internacional de graneles. A su vez, deben acreditar su constitución en el país, con sede social, dirección y administración de la firma en la Argentina.

Luego, la norma horada al máximo en las especificidades: las empresas deberán contar bajo su propiedad con al menos dos buques del ultramar, de bandera argentina, en actividad y aptos para el transporte de cargas a granel. Asimismo, al momento de la inscripción, las navieras deberán haber tenido en los tres años inmediatos anteriores a la aprobación "activa participación en las operaciones de transporte de ultramar de exportaciones de productos mineros argentinos".

Pregunta: ¿cuántas empresas de bandera argentina cumplen los requisitos excluyentes que reclama Minería? Muy pocas. Una seguro que sí.

Lógicamente, la industria del waiver florecerá nuevamente si las empresas mineras no encuentran buques en el registro de armadores dentro de los 15 días de su requerimiento.

Este esquema no implica un régimen de promoción ni de prioridad a la bandera nacional. No hay tal cosa como la bandera nacional porque poco se hizo luego del desguace desregulatorio del sector.

El decreto 1010 expresa cómo lo transitorio en la Argentina es sostenible. Cómo una medida de "shock" para salir del paso después no encuentra el trabajo necesario, ni siquiera la grandeza legislativa, para enmarcar el trabajo de la marina mercante.

El proyecto de reactivación de la industria naval y la marina mercante impulsado por el lírico y litúrgico peronista subsecretario de Puertos y Vías Navegables Horacio Tettamanti difícilmente vea la luz.

No hay interés por el sector en el Gobierno. Cristina seguirá soñando con la integración naval con Brasil. Hasta que se despierte.

La Nación

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