Perú
27 de Julio de 2010.- La mayor metalúrgica de Perú podría cerrar definitivamente sus puertas si no presenta garantías de que podrá cumplir con un vital plan ambiental y honrar sus deudas.
La posible clausura de Doe Run Perú, que una vez fue la sexta exportadora de metales del país, generaría malestar en un sector crucial para la economía local y dejaría en el aire la concreción de un plan ambiental en una de las localidades más contaminadas del mundo.
Doe Run Perú, una unidad del estadounidense Renco Group, paralizó su operación en la fundición en junio del 2009 luego de que un grupo de bancos cortó sus líneas de crédito tras una crisis financiera que la llevó a la firma al borde de la quiebra.
La compañía, que opera la refinería de La Oroya, debe 110 millones de dólares a sus proveedores mineros y tiene inversiones pendientes con el Estado por 150 millones para la culminación del plan de reparación ecológica, llamado PAMA.
La empresa debía entregar el jueves pasado al Gobierno los contratos de fideicomisos y un avance de sus acuerdos con los acreedores. Y aunque dijo a Reuters que los entregarían, las autoridades precisaron que no lo hizo.
Restando menos de 12 horas para que venza el plazo, un funcionario del Ministerio de Energía y Minas dijo a Reuters que "no hay ningún indicativo de que pueda presentar".
La fuente agregó que tampoco tienen prevista una reunión con la empresa.
Si la firma incumple con retomar sus labores el martes podría enfrentar en un proceso de liquidación, según fuentes del Gobierno.
EMPLEO
La prolongada crisis de Doe Run ha preocupado al Gobierno del presidente Alan García, porque el despido de 3.500 trabajadores directos y otros 16.000 indirectos de la firma generaría un problema social.
Si bien el Ministerio de Trabajo prevé reubicar a los trabajadores metalúrgicos, éstos rechazan esa opción.
"Son 13 meses de espera y aún seguimos en incertidumbre, hoy día a las 6.00 de la tarde tenemos asamblea y mañana (martes) estamos incorporándonos a nuestro centro de trabajo convoque o no convoquen el reinicio de las operaciones", dijo a Reuters el dirigente sindical Royberto Guzmán.
El año pasado, enfrentamientos entre la población de La Oroya y la policía dejaron una persona muerta.
Ejecutivos de Doe Run Perú afirman que han desembolsado 70 millones de dólares en salarios parciales a sus trabajadores durante el período de paralización de la firma, según un acuerdo previo con el sindicato de la minera y el Gobierno.
SIN ACUERDO CON ACREEDORES
Doe Run anunció en marzo un acuerdo financiero con la operadora de materias primas suiza Glencore, que allanaba el camino para reiniciar las operaciones y completar al plan ambiental en el contaminado pueblo adyacente al complejo.
El acuerdo contemplaba un préstamo de 100 millones de dólares, según Doe Run. Un portavoz de Glencore en Suiza declinó dialogar con Reuters sobre el pacto con la firma.
Hasta el lunes, Doe Run aún no alcanzaba un acuerdo definitivo con todos sus acreedores.
"El 14 de julio hubo una reunión que ofrecieron algo, nosotros dijimos que sí y cuando los plasmaron en un papel decía totalmente distinto", dijo una fuente de una de las empresas acreedoras.
"Entonces tuvimos que decir que no", agregó la fuente.
Entre sus acreedores figuran la productora de metales preciosos Buenaventura, la productora de zinc y plata Volcan y la polimetálica El Brocal.
En Perú, Doe Run refina material polimetálico de los Andes centrales de la nación en unos 10 metales: cobre, zinc, plata, plomo, indio, bismuto y oro, entre otros.
La compañía, que también opera la mina de cobre Cobriza, reportó en el 2008 ventas por 1.217 millones de dólares.
Perú, un gran proveedor mundial de metales, es el primer productor de plata, el segundo de cobre y el sexto de oro (Reuters).
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