11 de Mayo de 2010.- Reducir las emisiones grandes motores diesel puede ser ahora una realidad, gracias al desarrollo conjunto de la empresa especialista en sistemas de propulsión, Wärtsilä y la unidad de turbo de ABB. Ambas compañías ofrecen ventajas significativas para la reducción de consumos de combustible y de contaminantes de los motores, pero también un mejor desempeño de los equipos en términos de flujos de aire, radios de presión y eficiencia.
"ABB Turbo Systems es un socio estratégico de Wärtsila, y juega un rol importante en el desarrollo de los productos de esta compañía desde hace más de tres décadas. Nuestros clientes se benefician de la productividad y del éxito de las actividades de ambas empresas, líderes en sus campos", señala Mikael Troberg, Director de Pruebas y Desarrollo de Wärtsilä.
En el nuevo diseño de los motores, los turbocargadores, se instalan en serie para generar aumentos en la presión y flujos de aire que aumenta la densidad y con esto su eficiencia se incrementa en un 76% y la potencia en más de un 10%.
"El beneficio directo es la disminución de la contaminación ambiental, la reducción en el consumo de combustible fósil y el aumento en la potencia que permite a estos motores ofrecer ventajas para el segmento de generación eléctrica y la industria naviera. Para el mercado chileno, en particular, las oportunidades de negocios están mayormente en el rubro de la generación eléctrica de pequeñas localidades ó faenas mineras que estén lejos del SIG o SING", asegura Ralf Schwark, Gerente de la Unidad de Negocios de Turbocargadores de ABB en Chile.
Mayores reducciones en la emisión de gases contaminantes, pueden conseguirse con sistemas adicionales a los motores, el uso de técnicas de tratamiento de gases. Una combinación precisa de niveles de consumo de combustible, reducciones de CO2 y emisiones de NOx se programan a través de un detallado sistema de configuración. El control inteligente de motores permite una operación óptima de estos diseños avanzados y pueden alcanzarse significativas reducciones en las emisiones de NOx. A grandes alturas, la tecnología de turbocargadores de segunda generación garantiza el desempeño operacional de motores al compensar la baja densidad del aire.
Para alcanzar estos resultados, se llevaron a cabo una serie de pruebas en las instalaciones de Wärtsilä en Vaasa, Finlandia, las que podrían concretarse en un programa piloto en un futuro cercano.
Otro factor importante ha sido el aumento en la vida útil de los motores. El mercado potencial para estos desarrollos en las plantas de energía es enorme al igual que en la industria naviera y serán muy beneficiosos cuando los requerimientos se concreten gracias a su diseño compacto y bajos costos. Los cálculos indican que en ciertas plantas de energía, la inversión podría recuperarse en menos de dos años.
"El diseño conceptual de los motores comenzó hace tres años", dice Mikael Troberg. "Las pruebas se han llevado a cabo exitosamente usando los motores Wärtsilä 20 y Wätsilä 32. Creemos que esta tecnología es la llave para la próxima generación de motores amigables con el medio ambiente", afirma.
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