Chile
Viernes 14 de Marzo de 2014.- En los próximos 18 meses, nueve de las 24 compañías mineras de gran escala en Chile se encontrarán en el proceso de negociación colectiva con sus trabajadores. Estas empresas representan el 29% de la producción total de Chile. Seis de ellas renovarán los acuerdos conjuntos durante 2014. Otras tres compañías cuentan con contratos que expiran el año 2015, aunque creemos que sus renegociaciones se adelantarán para al cuarto trimestre de este año 2014 o, en caso contrario, se firmarán en la primera mitad de 2015.
Bajo nuestro punto de vista, las expectativas de los trabajadores son altas, tal como se demostró durante las negociaciones recientes de los trabajadores de Codelco El Teniente que en una primera oferta incluía no sólo un aumento de los sueldos, sino también una propuesta de bono/préstamo blando por ?$ 21 millones. Este tipo de situaciones podrían convertirse en un obstáculo para la oferta de mineral, en un ciclo económico con precios del cobre a la baja, menores niveles de generación de caja y mayores costos.
Entre las productoras, Xstrata comenzará las conversaciones en la mina Lomas Bayas 45 días antes del término del acuerdo actual de tres años, el cual se producirá en noviembre. ¿Qué otras minas podrían adelantar las negociaciones? Vemos la posibilidad para al menos tres compañías, las cuales tienen contratos que finalizan en 2015. La primera es el El Tesoro (Antofagasta Minerals) la cual podría aplicar la nueva política corporativa. En las minas Pampa Norte, Cerro Colorado y Spence (BHP) los contratos terminan a finales del próximo año, con el sindicato no descartando la posibilidad de llevar a cabo negociaciones. Finalmente, en el proyecto Antucoya del grupo Luksic -actualmente en construcción y con más de 100 empleados realizando la instalación previa y otras labores- creemos que la negociación colectiva podría comenzar el próximo año.
Luego de alcanzar los 5,79 millones de toneladas de cobre en 2013, se prevé que Chile producirá 6,1 millones en 2014 debido a un aumento en las existencias esperadas para las mineras. Sin embargo, vemos que este escenario podría cambiar si es que las negociaciones con los sindicatos mineros no satisfacen las demandas de distintas agrupaciones de trabajadores.
A diferencia de las huelgas portuarias de enero pasado, en las cuales los embarques fueron retrasados, la generación de metal rojo podría detenerse si los sindicatos subvaloran los beneficios a largo plazo ofrecidos por las compañías. Las declaraciones de las distintas asociaciones indican que éstos sopesarán los beneficios de largo plazo dando por sentado que el bono será parte de su compensación base. Esta situación podría establecer nuevos precedentes revelando a un sector industrial que está en búsqueda de nuevas necesidades básicas percibidas.
Aunque no proyectamos riesgos de oferta para el futuro cercano, la discusión sobre mayores estándares de vida pondrá claramente una mayor presión en una industria que ya presenta bajas rentabilidades de capital.
DF / Opinión