Chile
La central de Belo Monte será la tercera más grande del mundo, con una inversión de US$ 11 mil millones y la capacidad de producir 11 mil megavatios de energía. Sin embargo, la iniciativa es rechazada por aborígenes y grupos ambientalistas.
4 de Febrero de 2010.-
El gobierno del Presidente brasileño Luiz Inácio Lula da Silva está recibiendo una ola de críticas luego de que oficializara la aprobación de la licencia medioambiental que permite la construcción de la represa hidroeléctrica Belo Monte sobre el río Xingu, en el estado amazónico de Pará, en el norte del país.
La construcción de la tercera central más grande del mundo ha sido cuestionada, desde hace dos décadas, tanto por organizaciones ambientales como por los aborígenes de la zona, quienes aseguran que pondrá en peligro el sistema de vida de al menos 40 mil personas.
El ministro de Medio Ambiente de Brasil, Carlos Minc, anunció que después de 20 años de discusiones, el gobierno sentó las bases que permiten la construcción de la hidroeléctrica, que será capaz de producir 11 mil megavatios de energía al mes, satisfaciendo la demanda de alrededor de 23 millones de personas en el país. La central tendrá una inversión estimada de US$ 11 mil millones y se estima que podrá estar operativa en 2014. Así, en términos de capacidad, Belo Monte sólo será superada en el mundo por la central china de Tres Gargantas y la brasileñoparaguaya de Itaipú.
Entre otros detalles, Minc aseguró que alrededor de 500 km2 de superficie en las laderas del río Xingu deberán ser inundadas por la obra que sería licitada en abril próximo. Según el gobierno brasileño, las obras son indispensables para garantizar el abastecimiento de energía para un país donde crece progresivamente la demanda de ésta.
Millonarias compensaciones
Antes del anuncio oficial del gobierno sobre el proyecto, los indígenas de la zona de la etnia Caiapo, entre otros advirtieron en una misiva enviada al Presidente Lula que habría "un río de sangre" si se aprobaba la medida. A nivel internacional, algunas ONGs medioambientales han expresado su preocupación sobre la medida e incluso el cantante británico Sting ha hecho llamados al gobierno para no llevar a cabo el proyecto. Asimismo, el obispo católico de Xingu, Erwin Klautler, también se ha manifestado en contra de la iniciativa. "El proyecto subestima completamente las consecuencias que tendrá y que son irreversibles. El Presidente Lula prometió hablar con la población, pero no hubo diálogo alguno", dijo Klautler.
Los críticos también argumentan que durante la temporada baja de lluvias Belo Monte no será capaz de producir los 11 mil megavatios de potencia prometidos.
En respuesta a los cuestionamientos, Minc aseguró que el proyecto elevó las exigencias de compensaciones ambientales para procurar reparar los posibles daños a la población que implica el proyecto. El ministro detalló que la empresa que se adjudique la licitación deberá considerar una inversión adicional de US$ 800 millones una de las más altas que se registre para este tipo de iniciativa para la construcción de escuelas, centros de salud, reforestación y otras obras de mitigación. Además, se estableció un listado de 40 exigencias adicionales, entre las que se cuenta la formación de un comité que tendrá acceso al avance de las obras (La Tercera)
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