Chile
La Eléctrica del grupo Matte ha recibido desde la planta de Quintero algunos excedentes de Metrogas.
5 de Febrero de 2010.- Pese a que al inicio del proyecto y junto a Gener Colbún se bajó de la iniciativa, que permitiría poner fin a la crisis de abastecimiento de Argentina, hace algunas semanas se convirtió en un nuevo usuario del gas natural licuado (GNL) que se procesa en el terminal de regasificación de Quintero.
Claro que, para lograrlo, la generadora no tuvo que vincularse en el proyecto, sino que está recibiendo el hidrocarburo en las condiciones que siempre planteó: sin contratos ni obligaciones de consumo, como sí deben cumplir las impulsoras de la iniciativa: la Empresa Nacional del Petróleo (ENAP), la también generadora Endesa Chile y la distribuidora Metrogas.
Aunque se especuló que de estos tres socios era la estatal la que más interés tenía por colocar en el mercado parte del hidrocarburo que tenía comprometido en la primera fase de operación denominada de fast track, Metrogas es, finalmente, la que está abasteciendo a Colbún.
Un conocedor de esta relación comercial explicó que el régimen de esta operación que permite que la central Nehuenco despache con su combustible de fabricación es esporádico, es decir, la eléctrica de los Matte recibe GNL cuando Metrogas, ligada a Gasco y Copec, tiene excedentes.
Esta opción se produce luego que la firma abastece a sus clientes industriales, que actualmente demandarían del orden de un millón de metros cúbicos (m3) diarios, y a los residenciales y comerciales también en la Región Metropolitana, los cuales, en esta temporada, reducen drásticamente su consumo, el cual oscila en torno a los 400 mil m3 diarios.
Fórmula a la medida
De esta forma, Colbún está accediendo a volúmenes variables del combustible importado a través de compras a precio spot, que aunque es más alto que lo que podría pagar Endesa, que tiene contrato de largo plazo, la libera de obligaciones de uso que la filial de Enersis sí tiene.
Tanto en marzo de 2006, cuando anunció que no participaría en el denominado pool de consumidores grupo que con su demanda viabilizó la construcción del terminal que costó US$ 1.150 millones, como en lo sucesivo, Colbún insistió en su postura: el GNL no era conveniente porque su precio sería alto.
Esta condición, explicaron ejecutivos y directivos de la compañía, dejaba a las centrales de ciclo combinado que lo utilizan (el complejo Nehuenco y Candelaria, en su caso) como unidades de respaldo, con lo cual su operación no sería continua y dependería de determinadas condiciones.
Este régimen decían es incompatible con una estructura de contratos que establece obligaciones que deben cumplirse, aunque las centrales no fueran despachadas.
Con en tiempo, la postura cambió y en octubre de 2008, por primera vez, el gerente general de la eléctrica, Bernardo Larraín, reveló la fórmula que estaban persiguiendo.
"Potencialmente, podríamos consumir GNL si hay excedentes y condiciones atractivas", dijo en esa oportunidad y dejó todo en manos de la voluntad de los integrantes del pool, mientras que ellos seguirían constantemente monitoreando los precios.
Aunque luego trascendió que estaba negociando con ENAP un contrato a cinco años, finalmente, la firma lo logró y está comprando GNL con la fórmula que siempre buscó (DF).
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