Home   +562 2225 0164 info@portalminero.com

Síguenos

Skip to end of metadata
Go to start of metadata

Chile

Según cifras de la Cámara Chilena de la Construcción (CChC), en agosto de 2010 había 343 mil hombres y 23 mil mujeres trabajando en el rubro. Un año después, la cifra aumentó a 392 mil y 28 mil, respectivamente.

22 de Octubre 2012.-  "No mire tanto, negrito, mire que después se me enamora", le dice Teresa Ulloa a un compañero de labores, que la observa mientras terminan de pegar algunas alfombras en un edificio que está listo para ser entregado. Trabaja en la construcción desde los 17 años y maneja los códigos de este rubro a la perfección. Incluso, se atreve a “piropear” a sus colegas. Partió sacando palos, vigas y escombros en las antiguas edificaciones que eran demolidas. Hoy, con más de 40 años, se dedica principalmente al aseo grueso y a las terminaciones más finas. Ahora, si el trabajo lo requiere, acarrea material en la carretilla, utiliza el chuzo “o me las encacho para cortar y pegar cerámicas”, cuenta.

“Siempre me gustó usar la carretilla, porque hago todo de un viaje”, agrega. Tiene la risa a flor de labios. Dice que la mayoría de sus compañeros son respetuosos. “No me piropean tanto, pero yo sí a ellos”, cuenta coquetamente.

Su marido, al cual conoció en una construcción, sabe que las tallas y chistes son parte del trabajo. Cuenta que desde hace un tiempo, muchas mujeres han ingresado a este sector.

Según cifras de la Cámara Chilena de la Construcción (CChC), en agosto de 2010 había 343 mil hombres y 23 mil mujeres trabajando en el rubro. Un año después, la cifra aumentó a 392 mil y 28 mil, respectivamente.

Este año se registraron 412 mil hombres y 29 mil mujeres. Esto es un aumento de 20% entre 2010 y 2012 para hombres y 26% para mujeres. Sobre esa base, las mujeres ocupadas (y en la categoría “dependientes”) representan 6,6% del total de ocupados dependientes en la construcción.

Teresa vive en el paradero 27 de Santa Rosa, se levanta a las 5 de la mañana, toma la micro y a las 7.15 ya está en la pega. Sale a las 18 y a las 20.30 cena con su familia. Asegura que trabaja a la par con los hombres: “Si hay que venir el sábado, vengo”.

Según el Instituto Nacional de Estadísticas, la tasa de ocupación en el trimestre junio-agosto de 2012 fue de 7 millones 548 mil personas. Un alza de 78.240 personas con respecto a igual período de 2011.

Datos del Servicio Nacional de la Mujer (Sernam), elaborados en base a información del INE, señalan que en el lapso analizado, el 88% de estos nuevos empleos (68.550 personas) fueron ocupados por mujeres.

Indican, además, que entre junio y agosto de 2012, dos de cada cinco trabajadores corresponden a mujeres.

Para la ministra del Sernam, Carolina Schmidt, es una buena noticia, porque la mayoría de los empleos son generados por el sector privado, lo que “no sólo genera un ingreso, sino que medidas de protección y de ayuda a la maternidad”. Agrega que el mayor crecimiento de mujeres asalariadas se dio en construcción y minería.

Según Patricia Aranda, gerenta general de CChC Social, si bien las cifras no muestran una gran variación, el aumento de mujeres trabajando en la construcción es una tendencia que se ve reflejada, por ejemplo, en cursos de capacitación.

Para la experta existen tres motivos para esto: “El sueldo que ha ido aumentando, las empresas que se han dado cuenta del aporte de la mujer y que a muchas les gusta el trabajo dinámico, con horarios definidos, lo que permite organizar las tareas de la casa”.

Leticia Castañeda (42) nació entre los fierros. Su padre fue dueño de un par de micros, así que desde niña supo de motores, cortar boletos y hacer rendir el petróleo.

Hoy trabaja para una empresa del Transantiago. Su labor es cargar las máquinas con combustible y revisar que no haya “fugas” de petróleo. Para ello cumple turnos que pueden partir a las tres de la madrugada, porque el movimiento de buses no para.

“Soy la única mujer que hace esta pega y a todos les gusta como trabajo”, dice orgullosa.

Ella y una conductora son las únicas mujeres en la terminal donde se desempeña. “Los cabros son bien respetuosos. Ninguno se sobrepasa”, asevera.

Gracias a su experiencia, ayuda en las labores de planilla, pero también en tareas mecánicas: “Por el ruido del motor sé cuando hay una falla, aviso al jefe y ayudo. Me gusta sacar las panas”, dice.

Es casada y conoció a su marido, que es chofer, en otra empresa. Tiene tres hijos y este mes sacará su licencia para conducir microbuses, cuenta con entusiasmo.

En tres meses Marcela Bordones aprendió a manejar una retroexcavadora. Aprovechó un curso ofrecido por el Sernam para dejar la tranquilidad de su antiguo trabajo como secretaria, que ya no la satisfacía en lo económico. Hoy arriba de la máquina de gran tonelaje, cerca del Mall de Calama, en labores de urbanización como pavimentación de caminos. “Mis compañeros me tratan muy bien”, asegura.

LTOL
Portal Minero