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Chile

Si HidroAysén finalmente no se construye, ello significa que el agua que se pierde sin generar y se va al mar, equivaldría a US$2.000 millones por año.

12 de Junio de 2012.- La creciente judicialización y rechazo a los proyectos de generación eléctrica podrían provocar importantes impactos en los precios y en la composición de la matriz del Sistema Interconectado Central (SIC), especialmente si finalmente se concreta la caída de HidroAysén. Según un reciente informe de la UNIP, el 10% de las inversiones de generación del país están diferidas o paralizadas, lo que involucra un monto cercano a los US$4.500 millones.

Además de un incierto abastecimiento de energía para el mediano plazo, la matriz del SIC se volverá cada vez más contaminante y cara, lo que es grave si se considera que Chile ya está entre los Top Ten entre los países de la OCDE en precios más altos de la electricidad, y segundo en América Latina después de Uruguay.

Otro coletazo de la paralización de los proyectos hidroeléctricos es que en un mediano plazo la participación del carbón más que se duplicará en la matriz del SIC, pasando de un 10,6% actual a un 23,2%, proyección que considera los actuales proyectos en construcción y los aprobados. En tanto, la energía proveniente del agua bajará su capacidad instalada desde un 47,4% a un 41,6%, cifra que contrasta con el 67% que exhibía hace sólo 15 años.

Pero la situación de Chile es más dramática, pues por efectos de la sequía en mayo se llegó a que sólo un 28,5% de la generación fueRA hidroeléctrica, factor que sigue gatillando importantes ascensos en los costos de generación. Por el contrario, según datos del Ministerio de Energía, países desarrollados y en vías de desarrollo como Noruega (99%), Brasil (80%), Venezuela (73%), Canadá (59%) y Suecia (46%), tienen un elevado porcentaje de su matriz en base a recursos hídricos.

Y cuando se afirma que las ERNC serían la solución, analistas recuerdan que este tipo de energías también requieren de líneas de transmisión, a las que igualmente se oponen los grupos ambientalistas y las comunidades aledañas. Además, países emblemáticos en el uso de Energías Renovables No Convencionales (ERNC) respaldan esta producción con energías a las que se oponen los ecologistas, destacando casos como el de Dinamarca en que un 30% de su matriz es ERNC, pero un 48% es carbón, mientras que Alemania tiene un 12% de ERNC y un 46% de carbón.

Carbonización

Respecto a la “carbonización” de la matriz, el gerente general de Electroconsultores, Francisco Aguirre, sostiene que dada la actual trayectoria a futuro, “el carbón podría tomar una relevancia quizás superior al 50%, si es que no entran en servicio centrales hidroeléctricas, o si no ponemos en servicio otro tipo de generaciones, como la nuclear”.

Para Rodrigo Castillo, director ejecutivo de la Asociación Gremial de Empresas Eléctricas, “el mayor desafío es desplazar el diésel (17,7% de la matriz). Es carísimo y contaminante, por lo tanto, la prioridad es poder construir centrales con distintas tecnologías. El carbón es más eficiente y menos contaminante que el petróleo”.

Eduardo Saavedra, docente de temas energéticos de la Universidad Alberto Hurtado, además de los temas de judicialización, agrega que “el aumento del carbón en la matriz también respondería a que no hay mucha disponibilidad de fuentes hidráulicas, en el sentido de que no existen derechos de agua disponibles”.

Respecto a los costos para el país, Aguirre ejemplifica que "si HidroAysén finalmente no se construye, significará que el agua que se pierde sin generar y se va al mar, equivaldría a US$ 2.000 millones por año".

23,2% sería la participación del carbón en la matriz energética una vez que estén en funcionamiento todos los proyectos de generación en carpeta.
67% de capacidad de generación hídrica tenía Chile hace 15 años.
Países como Noruega (99%), Brasil (80%), Venezuela (73%), Canadá (59%) y Suecia (46%), tienen un elevado porcentaje de su matriz en base a recursos hídricos.

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