Chile
El gerente general de Colbún aseguró que si el complejo hubiera estado operando al momento del terremoto, habría dado un mayor nivel de seguridad al sistema eléctrico, al contar con un tendido independiente al actual.
22 de Marzo de 2010.- Si el complejo hidroeléctrico HidroAysén hubiera estado operando el 27 de febrero, cuando se produjo el terremoto, el país habría contado con una mayor seguridad en el suministro de electricidad.
La reflexión viene de Bernardo Larraín Matte, gerente general de Colbún, generadora que junto a Endesa impulsa el megaproyecto en la XI Región que está en estudio ambiental.
"Una fuente de generación eléctrica proveniente de una región distante como Aysén, diversa de lo que fue el epicentro del sismo, que trae su enegía a través de una línea paralela al actual sistema de transmisión y la inyecta en una subestación distinta a las tres principales existentes, obviamente da un mayor nivel de seguridad al abastecimiento eléctrico y reduce la vulnerabilidad de todo el sistema", asegura Larraín.
El ejecutivo explica que HidroAysén hubiera permitido transportar de inmediato 2.750 MW desde Aysén a la zona central, por un tendido de 2.000 kilómetros, lo que implica tres ventajas: la diversificación geográfica de las fuentes de generación, descongestionar el sistema troncal y darle mayor independencia al suministro.
A juicio de Larraín, una de las grandes lecciones que dejó el terremoto al sector eléctrico es la necesidad de contar con un mayor nivel de respaldo en el sistema de transmisión. "En los últimos años el esfuerzo ha estado centrado en aumentar la capacidad de generación, lo que se logró con proyectos de inversión relevantes y hoy tenemos un nivel de reservas que es el doble a la demanda. Ahora tenemos que preocuparnos de la capacidad de transmisión. Este terremoto nos hace pensar en la necesidad de planificar su ampliación con mayor anticipación", indica.
Coincide con esa visión Mario Valcarce, ex presidente de Endesa: "HidroAysén implica casi un sistema paralelo al actual y eso podría dar mayor seguridad. Si hubieran estado los 2.750 MW viniendo desde Aysén, podrían haber sido un importante respaldo al sistema, que habría hecho que la situación no fuera tan potente", dice Valcarce.
Como parte del aprendizaje, Larraín también menciona la importancia de reducir la dependencia de los combustibles importados y la necesidad de impulsar el uso del gas natural licuado.
Para Larraín, el sismo también dejó una tarea relevante al empresariado: "Tenemos que cambiar el foco. Dejar de hablarnos a nosotros mismos, a la elite política y económica, y comunicarnos en forma más directa y transparente con el resto de la sociedad" (La Tercera).
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