Internacional
25 de Junio de 2010.- Julia Gillard, la nueva primera ministra de Australia, declaró una tregua con la poderosa industria minera del país sobre un controvertido impuesto sobre las materias primas, diciendo que “abriría las puertas” al sector para discutir el tributo.
Gillard no hizo promesas respecto de los cambios al impuesto, pero su promesa de abrir negociaciones fue bienvenida por los dos gigantes de la industria en Australia, BHP Billiton y Rio Tinto.
La primera ministra dijo que había suspendido la campaña publicitaria oficial de 38 millones de dólares australianos
(US$ 33 millones) en que se explicaba el impuesto. Los mineros, a su vez, dijeron que abandonarían su propia campaña contra el gobierno.
Gillard juró ayer después de que Kevin Rudd renunciara como líder del partido Laborista. La efectiva campaña de los mineros contra el gobierno por el rechazo de Rudd a renegociar el triburo fue un factor significativo en su caída tras meses de desplome en su popularidad.
Gillard no precisó los cambios que podría hacer al impuesto, pero estaba dispuesta a sentarse a negociar con las empresas. Las firmas, muchas con operaciones globales, temían que si un país desarrollado como Australia resultaba capaz de imponer el tributo, otros países ricos en materias primas podían imitarlo.
Pero la tregua podría ser temporal. “Es grandioso que los gobiernos quieran negociar, pero la prueba estará en el resultado de la primera reunión de Gillard con las mineras”, dijo Glyn Lawcock, analista de UBS.
Cambios mayores en el impuesto podrían poner en riesgo los compromisos presupuestarios del gobierno, incluyendo un recorte en la tasa del impuesto a las empresas, el financiamiento de las pensiones y el gasto en infraestructura (DF).
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