Bolivia
15 de Abril de 2010.- El proyecto estatal de explotación de hierro del otro 50 por ciento del Mutún comenzará sus operaciones entre dos y tres semanas, con un presupuesto de 11 millones de dólares, provenientes de una venta futura de concentrados de hierro y de los recursos de la Corporación Minera de Bolivia (Comibol), según el ministro de Minería, José Pimentel.
“Esta cifra podría salvarnos las tareas iniciales que vamos a realizar”.
Para el analista minero Rolando Jordán, este financiamiento inicial, comparado con los 2.100 millones de dólares comprometidos por la Jindal en ocho años, “no es nada”, porque bien pueden gastarse en personal.
Según dijo, son declaraciones que carecen de fundamento técnico y económico, “son poco serias”, porque debe tomarse en cuenta que en este tipo de proyectos, dada su ubicación —Puerto Suárez, en Santa Cruz—, no sólo se considera la inversión minera y siderúrgica, sino también la infraestructura caminera, que es aparte.
El Gobierno decidió activar la producción del 50 por ciento del yacimiento del Mutún que no fue adjudicado a la Jindal Steel Bolivia (JSB), con la que el Ejecutivo firmó un contrato de riesgo compartido, tras los tropiezos con esta empresa, que no invirtió lo prometido.
Pimentel aseguró que “tenemos recursos como para hacer saneamiento de tierras, relevamiento topográfico e iniciar exploraciones del yacimiento”.
De acuerdo con el director de la Empresa Siderúrgica Mutún (ESM), Sergio Alandia, en el yacimiento quedaron entre 250.000 y 300.000 toneladas de concentrado de hierro (según Pimentel, de los años 90) que es de exportación inmediata y que se calcula reportará un ingreso de entre ocho y 11 millones de dólares, aunque no quiso revelar el mercado de esta producción, pues afirmó que es “información de la empresa”.
Pimentel manifestó que la Comibol cuenta con tres millones de dólares para que disponga la ESM, pero anunció que habrá que buscar “inversores o finalmente socios”.
Entretanto, Alandia aclaró que el proyecto pretende ser boliviano, lo que significa que si se recibe cooperación, será sólo eso, pues no se firmarán acuerdos de riesgo compartido, de los que se tiene “amarga experiencia”.
“Queremos un proyecto siderúrgico boliviano y lo vamos a llevar como mejor convenga al país”.
Dijo que se prevé que el proyecto genere anualmente 1,8 millones de toneladas de acero de alta calidad al año, que se exportará a mercados exigentes y competitivos, los que están siendo asegurados no sólo por la ESM, sino también por el Gobierno, de cuyas gestiones se excusó de informar.
El nuevo proyecto de explotación será cien por ciento boliviano (La Prensa).
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